El mal habito de la critica

El mal habito de la critica

Es un mal hábito muy extendido,la critica cuando no estás presente. Pero hazte a la idea que quién te critica va un paso por detrás tuyo. Aun le queda mucho para alcanzarte. Los errores resaltan rápidamente. Todos los cometemos a diario y encontramos a personas que los cometen. Es muy fácil encontrar errores que criticar.

Y no sólo errores. Cada uno de nosotros obra según sus valores y prioridades. Por lo que también resulta fácil encontrar a personas que toman decisiones distintas, basadas en sus propias convicciones.

Criticar es de algún modo resaltar que el otro es “inferior” a ti de alguna forma, y lo que realmente estás intentando lograr es sentir que “tú eres superior”. Por eso disfrutamos tanto criticar, es una manera de alimentar tu ego, y se siente muy bien sentirte “superior” al otro en algo.

¿Por qué criticamos a los demás? Tal vez te digas a ti mismo: “yo nunca critico a la gente”, pero lo más probable es que si lo haces. Todos criticamos en ocasiones. Algunas personas lo hacen muy esporádicamente, pero para otros es una actividad que disfrutan y lo hacen todo el día.

Asi parece que hay un placer oculto en el criticar a los demás, y su base está en una inseguridad personal. Observa la mecánica: Cuando criticas a alguien, inconscientemente estás asumiendo que tú estás bien, que tú tienes la razón y el otro no.

¿Qué es la crítica?

Según criterios de especialistas en el tema, la palabra crítico, etimológicamente, es un derivado de la palabra criterio, con el objetivo de decir la verdad evidenciando el error. Es una acción expresada como opinión formal, fundada y razonada, analítica y con una connotación de sentencia cuando se establece una verdad ante un tema u objetivo.
En el lenguaje popular la palabra crítica tiene acepciones pretendidamente positivas o negativas. Según su intención la crítica puede ser negativa (destructiva) o positiva (constructiva).

Cómo elogiar en lugar de criticar

¿Tu primera reacción a algo es hacer críticas? ¿Siempre estás listo para derribar la torre de cartas de otras personas o criticar a las personas que destacan? ¿Tu personalidad se centra principalmente en criticar? Si la respuesta a estas preguntas es sí (o incluso a una de ellas), es probable que te esfuerces mucho por hacerte sentir mejor a costa de los demás. Esto podría costarte muy caro, ya que perderás a tus amigos y la confianza de aquellos que interactúen contigo, y las personas serán cautelosas con tu punto de vista y tu opinión.

Brindar alguno que otro comentario es de utilidad cuando ayudas a una persona a aprender algo en lo que eres un verdadero experto o tienes experiencia; sin embargo, si permites que tu personalidad criticona domine tu vida, esto puede hacer que tengas una vida menos satisfactoria y placentera, y que incluso sea más solitaria. En lugar de excluirte de esta forma, ten en cuenta algunas maneras en las que puedes dejar de criticar tanto.

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¿Cómo podemos dejar de criticar?

Este hábito tan arraigado, sobre todo en nuestra sociedad y forma de vivir, puede ser muy difícil de eliminar, si estamos demasiado acostumbrados a hablar mal sobre otras personas; si practicas mucho la crítica con tus amistades, y si tu autoestima influye como comentábamos en puntos anteriores.

Si queremos perder este hábito sigue estos consejos:

  • Piensa y Analiza cuáles son las auténticas razones por las que estás criticando. Estas suelen ser debido a necesidades interiores, como lo son el aprecio, reconocimiento y amor.
  • La mejor persona para satisfacer tus propias necesidades eres tú mismo. Tenlo en cuenta y acéptate a ti mismo. Esto te llevará a reducir tu propia necesidad de criticar a otros.
  • En el momento Ten en cuenta que la persona a la que estas criticando podría sentirse ofendida. No hagas un daño innecesario.
  • Haz lo posible por evitar juzgar con estereotipos. Como bien sabes “las apariencias engañan”
  • El mejor consejo de todos: empatiza con las personas y piensa como te sentirías tú si te enterases que te están criticando.

Pasos para salir de la critica:

Percátate de este hábito. Criticar a los demás es una manera rápida de decir “Deseo que mi visión del mundo domine y en verdad no deseo conocer ni aprender la manera en la que percibes las cosas”. Este suele ser un refugio en el que ocultamos nuestras heridas, la ingenuidad y la falta de conocimiento (y la disposición para aceptarlo). Asimismo, la necesidad permanente de criticar puede deberse a un sentido de superioridad en relación con los otros, sin importar si contamos con la pericia necesaria para sustentar dicha actitud.

Aprende a sentir aprecio por tu persona y tu vida. Empieza a sentir aprecio de manera voluntaria por las cosas pequeñas y grandes que forman parte de tu vida, por las cuales te sientas agradecido. Ten en cuenta que tratamos a los demás de la misma manera en la que nos tratamos a nosotros mismos. Haz las paces contigo mismo, sé amable con tu persona, así empezarás a sentir el cambio poco a poco y ya no disfrutarás al criticar a los demás.
Conoce cuál es la diferencia entre las críticas o comentarios constructivos y las críticas negativas o no constructivas. Una crítica negativa es decirle a otra persona que algo que ha hecho (o incluso su identidad) no basta para cumplir con algún estándar, y se dice de un modo que menosprecia, silencia, angustia o distancia a alguien, o que incluso lo desprestigia ante los demás. La persona criticada podría verse bastante afectada si la crítica es constante y permanente. Por otra parte, las criticas o comentarios constructivos tienen como propósito indicarle a la otra persona que ha hecho algo que podría mejorar; para lo cual, se le brindará ejemplos sobre problemas o hechos específicos (sin generalizar).

Ten cuidado de no brindar un apoyo exagerado cuando adoptes el hábito de elogiar. Esto se asemejará a un “elogio forzoso” en el que elogiarás un desempeño o comportamiento inadecuado esperando eliminar su mediocridad aumentado en gran medida su autoestima.[2] Las cosas no son así de sencillas, ya que este elogio perjudica a la otra persona, pues no tendrá la motivación necesaria para mejorar su desempeño o dominar las cosas que considera desafiantes.

Cuestiona la razón por la que no te agrade algo que otra persona haya dicho o hecho. En ocasiones, la velocidad de tu respuesta revela mucho más de ti que de la otra persona. Mientras más instintiva sea tu reacción, mayor será la probabilidad de que reacciones a causa de algo interior, como los celos, la furia, una sensación de desesperación o la molestia por no haber pensado o hecho eso primero, por no contar con el mismo talento, o por haberlo intentado y fracasado, lo que hace que sientas desagrado por todo aquel que tenga éxito. Hazte las siguientes preguntas:

  • ¿Deseo criticarlo porque no siento mucho agrado por lo que deseo criticar?
  • ¿Deseo criticarlo porque esta persona me desagrada?
  • ¿Deseo criticarlo porque nadie más lo hace?
  • ¿Deseo criticarlo porque si no lo hago, no habrá una conversación decente para verificar por segunda o tercera vez que esta sea la mejor manera?
  • En cada situación, tus respuestas serán de utilidad para identificar el motivo de tu crítica. Considera otras preguntas que podrías hacerte cuando sientas la necesidad de criticar.

Haz un cambio. En este punto, ya sabrás la razón por la que sientes desagrado por algo o alguien, y por la que consideras que es justificable criticar. Ahora reflexiona sobre lo que sí te agrada de la situación, el resultado o la persona. Si necesitas un motivo para sentir desagrado por algo, debes tener un motivo que haga que algo te agrade. Quizás la persona no lo haya hecho tan mal, pero un sentimiento persistente y profundo te indica esta realidad; sin embargo, no aceptas esta verdad porque así te sientes más cómodo. Reflexiona sobre ello desde que el deseo de criticar empiece a surgir, así no te tomará por sorpresa y no sentirás que debes idear mentiras sobre lo que te agrada de algo. Aun así podrás encontrar algo que elogiar entre tus sentimientos negativos.

Evita el odio por las personas. ¡Esto hará que no tengas ninguna razón para sentir desagrado por ellas o sus ideas! Si piensas algo como “¡Voy a criticar a esta persona porque la odio!”, detente de inmediato. Repítete a ti mismo algo como “No, este no es un motivo lo suficientemente bueno” y piensa en un mejor motivo. Hazlo en todo momento y pronto se convertirá en tu nuevo hábito.

Ten en cuenta que si muestras un temperamento agradable, esto te dará oportunidades más abundantes que las que obtendrías al actuar como un malhumorado. La simple lógica nos indica que las personas responden de manera más positiva si las abordan con amabilidad, no de forma negativa y criticándolas. El secreto de ello es preocuparte por respetar a los demás, evitar la negatividad y motivarlas para que se sientan más positivas en relación con su persona.

Busca razones por las cuales elogiar. Al inicio, céntrate en la integridad de tus pensamientos y acciones, y parte de ese punto. Si no se te ocurre qué decir, tómate un tiempo para leer palabras que guarden relación con los elogios, listas de frases empleadas como elogios y otras recomendaciones que las personas brinden sobre el acto de elogiar. Mientras más leas sobre este enfoque de pensamiento, más arraigado estará en tu propio pensamiento, y empezarás a notar un cambio interior en tu punto de vista, en particular si lo practicas y observas las respuestas positivas de las personas. Si consideras a los elogios como medios para incentivar, motivar y facilitar las cosas, pronto empezarás a sentirte más cómodo con ello

“No critiques a tu hermano hasta
no haber estado caminando dos horas
con sus zapatos”

Haz esteReto de los 21 Días
Una excelente propuesta para romper el hábito de la queja lo propuso el pastor dirigente de la Unidad de la Iglesia de Cristo, en Kansas (EEUU) Will Bowen, a quien se le ocurrió crear, en julio de 2006, el «Reto de los 21 días» con el propósito de ayudar a los miembros de su comunidad a eliminar la cultura de quejarse y sus nocivos efectos.
Su propuesta fue muy simple: “Te colocas una pulsera morada con la leyenda UN MUNDO SIN QUEJAS y lo mantienes durante 21 días sin emitir ningún tipo de queja o crítica”; así sea «me duele la cabeza» o «nada me está saliendo bien». Si durante este período emites algún lamento, debes cambiar la pulsera de muñeca y debes volver a empezar”.
La mayoría de los participantes logró superar este reto, pero les tomó un mínimo de 5 meses, un tiempo que evidencia la presencia de la cultura de la queja en nuestras vidas.
En el análisis de esa propuesta destacan que muchas personas que decían que no se quejaban demasiado, con el ejercicio se dieron cuenta que lo hacían unas 20 veces en promedio al día.
Tú también puedes, usando cualquier cosa, no necesariamente una pulsera morada, asumir este reto de 21 días sin quejas, sin críticas y sin chismes. Si lo logras seguramente tendrás mejor ánimo, menos dolores, relaciones más favorables, mayor autoestima, etc.
Ya sabemos que lo único que ganamos con la queja es sentirnos peor. Es importante recordar siempre que no es la situación el problema, lo que lo convierte en un problema es la forma como la afrontamos, y en lugar de quejarnos del problema lo sano es avocarnos a resolverlo.

Aquí te presento un buen vídeo sobre como abordar las criticas

Roberto Palomino
Coach Transpersonal ICI N° 5708
Instructor y terapeuta en Desprogramacion Emocional
Terapeuta Flores de Bach (Bach Center Inglaterra)
Instructor de Reiki Certificaco en Kyoto Japon
Facilitador certificado en filosofia de Louise Hay
Consejero en Biodescodificacion Biologica

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