¿Caes siempre en el autoengaño?

¿Caes siempre en el autoengaño?

¿Eres de las personas que están intentando convencerse a si mismo de que todo está bien, aún cuando sabes que no es verdad?

Cuantas veces te has dicho esto “voy a dejar este mal hábito”, “el lunes sí que sí empiezo la dieta”, “yo cuando quiero lo dejo”,  “este año seguro que voy al gimnasio” o “salimos, pero volvemos pronto que mañana madrugo”, entonces ahí viene una explicación de la definición de la palabra autoengaño.
O por ejemplo cuando decimos que queremos tener seguridad financiera para el momento de retirarnos, y al mismo tiempo mantenemos un patrón de gastos que impide todo ese sueño, o cuando nos quedamos en una empresa durante años, sin importar que ya es obvio que no nos van a promocionar.

Refugiarse en el delirio hace más sencillo nuestro día a día, aunque al final tengas que pagar el precio.
De acuerdo con el profesor de gerencia Cam Caldwell, de la Universidad Purdue North Central, en Estados Unidos, el autoengaño se define como «mantener dos ideas opuestas sin reconocer que existe un conflicto».

Decía el ateniense Demóstenes “no hay nada más fácil que el autoengaño. Ya que lo que desea cada hombre es lo primero que cree”. Los seres humanos siempre han mostrado una permanente obsesión por querer comprender cómo funciona el mundo, aunque el espacio entre nuestras esperanzas y expectativas en relación a cuál es la realidad pueda ser muy extenso.
Porque autoengaño es aquello que realmente crees, estás convencido que vas a hacer, pero al final sabes o sospechas que no harás, aunque sueles estar convencido de que esta vez será distinto cuando dices estas pequeñas mentiras.

A la mente, a diferencia de las emociones y la voz interna de tu interior, le encanta mentirse y engañarse a sí misma. Por tanto, a menos que conozcas y domines el funcionamiento de tu cerebro, seguirás engañándote de forma indefinida. En ese caso, puedes fiarte más de tu sexto sentido y de tus emociones que de tu mente racional, esta parte racional siempre hace procesos analítico y lógico sobre como deberías de estar, de sentirte y relacionarte con los demás o contigo mismo.

SEGÚN DANIEL COLEMAN

“Si se produce un desastre humanitario, ya sea rápido (guerra nuclear), como lento (involución ecológica), LA CAPACIDAD DE AUTOENGAÑARSE DEL SER HUMANO, HABRÁ TENIDO MUCHO QUE VER CON ESTE DESENLACE

Deberíamos comenzar comprendiendo la forma en que estamos atrapados, ya que lo cierto es que el autoengaño es el más escurridizo de los hechos mentales y resulta imposible, en este sentido, DARNOS CUENTA DE LO QUE NO NOS DAMOS CUENTA.

El autoengaño, opera tanto a nivel de la mente individual, como a nivel colectivo. El precio tácito de la PERTENENCIA A CUALQUIER GRUPO es el de NO darnos cuenta de las propias dudas e inquietudes y NO CUESTIONARNOS SIQUIERA LA FORMA EN QUE EL GRUPO HACE LAS COSAS. EL GRUPO, POR SU PARTE, SOFOCA TODA DISCREPANCIA, INCLUSO LA SALUDABLE.

LO ÚNICO QUE PUEDE LIBRARNOS DEL PODER HIPNÓTICO DEL AUTOENGAÑO ES EL VALOR PARA BUSCAR Y AFIRMAR LA VERDAD.

¿CÓMO SURGE EL MECANISMO PSICOLÓGICO DEL AUTOENGAÑO?

Para entender de donde nace el autoengaño, primero hay que entender de dónde sale el engaño. Para explicarlo, Robert Trivers, de la Universidad de Rutgers deja claro que el engaño es un fenómeno presente no solo entre los seres humanos, sino también en el reino animal. Desde las serpientes no-venenosas que imitan los colores de otras serpientes que sí lo son, para evitar ser atacadas por otros depredadores; hasta los primates que emplean señales de alarma para avisar a sus congéneres de que se aproximan depredadores (cuando en realidad no es así), y poder robar la comida mientras el resto huye de un depredador inexistente.

Si tenemos en cuenta, que la mejor manera de mentir es creyéndose uno mismo la mentira en sí, obtenemos que la mejor forma de mentir para los seres humanos es mediante el autoengaño. Se puede ilustrar de la siguiente forma:

Si mi intención es conquistar a esa mujer que tanto me gusta, una opción por la que puedo optar es por alguna mentira, diciéndole por ejemplo, lo atrevido y divertido que soy. Pero ella, que no es tonta, jamás se lo creerá si primero no me lo creo yo; porque de ser así, probablemente actúe como tal. (Este punto hace referencia al tercer guión del apartado anterior).

*Recomiendo la lectura del artículo: “Mentiroso Patológico Psicoanalizado | Un Caso Real”.

Cristina LLagostera (2011) escribe en el diario El País: “Nadie se libra del autoengaño, esa estrategia mental que permite esquivar la realidad refugiándose en una inconsciencia más o menos deliberada. Se recurre al autoengaño para evitar asumir las consecuencias de los propios actos al no ver aspectos personales o del entorno que resultan desagradables, al fingir u ocultar lo que se siente o al justificarse para salir airoso de una situación”. En este artículo, se cita a Antonio Machado con una frase que no tiene desperdicio Peor que ver la realidad negra es el no verla”. Otra cita “En el interior del hombre habita la verdad” (San Agustín). De este modo, la autora se plantea  la siguiente cuestión: ¿existe un equilibrio óptimo entre autoengaño y verdad? Ésta afirma que evitar la realidad puede producirnos alivio instantáneo, pero que a la larga supone un coste elevado para nosotros; pues lo que no se afronta tenderá a repetirse.

LÍBRATE DE MENTIRTE A TI MISMO EN UNOS PASOS

Estas pueden ser formas que se proponen para lidiar contra el autoengaño :

 Haz un compromiso contigo mismo a ser sincero y humilde

En todo esto solo hay una cura contra el engaño y la mentira: la sinceridad. Y para ser sincero, a veces hay que ser humilde y estar dispuesto a reconocer las cosas. Así pues, el primer paso para derrotar el autoengaño mental es aceptar y reconocer que tu mente tiende a autoengañarse constantemente.

Cuando hayas asumido este hecho, comprométete contigo mismo a ser sincero y humilde SIEMPRE. Es decir, cambia esa idea y, mientras vivas tu vida e interactúes con otras personas, haz el esfuerzo de cumplir con este compromiso. Por lo menos, en tu mundo interno, ya que ello acabará manifestándose también externamente.

Pon al descubierto las situaciones en las que te autoengañas

En este siguiente paso  es descubrir aquellas situaciones en las que te mientes a ti mismo. Y recalco nuevamente lo de ser honesto y sincero contigo mismo, porque tu mente va a resistirse a ello con el objetivo de protegerse, de sobrevivir, de no cambiar…

Un consejo: cuando realices este ejercicio de forma cotidiana intenta liberarte de cualquier presión. Te estás descubriendo ante ti mismo y nada ni nadie va a pedirte explicaciones ni a lastimarte. Se trata simplemente de que rindas cuentas ante tu persona y, por tanto, de que lo hagas de forma honesta abriéndote de par en par. En el fondo, sabes que autoengañarte no tiene ningún sentido ni aporta nada positivo a tu vida.

Ahora, sólo obsérvate y analiza si el autoengaño está presente en las decisiones, pensamientos o acciones que realizas en tu día a día. ¿Quieres algunos ejemplos típicos?

  • Decirle a la gente que tu trabajo te gusta cuando en realidad no lo soportas. Probablemente tengas miedo de dejarlo o te dé pereza formarte y/o buscar otro trabajo. Te estás autoengañando para no tener que reconocer todo lo anterior.
  • Estar deseando dar la vuelta al mundo mientras te convences de que realmente viajar no es tan divertido ni importante para ti. Posiblemente tu mente se engaña para protegerte de la frustración que te produce no tener suficiente dinero o valentía para llevar a cabo ese sueño.
  • Estar saliendo o estar casado con una pareja de la que realmente no estás enamorado. Dices que la quieres pero en realidad no te atreves a estar solo o no te crees lo suficientemente bueno (joven, guapo, simpático…) para encontrar a alguien que te llene o se interese por ti. Tu mente no aceptará eso de buen grado, así que lo más fácil es autoengañarse y seguir con tu actual pareja a pesar de todo.
  • Decir que te gusta ir a la discoteca y salir cada semana de fiesta con tus amigos cuando en realidad odias la noche. Tal vez no tengas más amigos, y puede que tengas miedo a quedarte solo si das el paso de buscar otros hobbies, algo que, probablemente, te abriría otros círculos de amistades más afines.
  • Estar hablando con alguien y, cuando esa persona trata de sacar alguno de tus defectos, los niegas, te pones hecho una furia y acabas armando una discusión. Sin embargo, tu interlocutor tiene razón y te ha dicho las cosas con buenas maneras.

Cuando hayas confeccionado tu propia lista (no escatimes tiempo ni esfuerzo en realizarla), aún te queda un último paso…

CREA UNA ACTITUD, UNA NUEVA FORMA DE ACTUAR 

Cuando llegas a este último paso, te resultará obvio lo que debes hacer: cambiar tu actitud y tu forma de actuar. Es más, si has mantenido el compromiso de ser sincero contigo mismo y has descubierto situaciones en las que te autoengañas, hacerlo te resultará fácil.

A partir de ahora, cada vez que detectes una conducta de autoengaño en tu vida, algo se activará en tu cerebro que te permitirá ser consciente de ello. Entonces sabrás qué es lo que tienes que hacer. Sólo tendrás que realizar un pequeño esfuerzo extra y hacerlo. A medida que practiques, cada vez te resultará más fácil.

“Pero, ¿qué cosas seré capaz de hacer?”

Si recuerdas los ejemplos que te he dado anteriormente, probablemente querrás seguir formándote, tendrás el coraje de dejar tu trabajo o montarás tu propia empresa. Encontrarás los motivos y la forma de ahorrar para hacer un viaje sin fecha de retorno. Tendrás el coraje de dejar a tu pareja  y estarás solo hasta que encuentres a esa persona que realmente te llene. Buscarás nuevas actividades y hobbies que te permitan crear nuevos círculos de amistades. O serás capaz de hablar de tus propios defectos con otras personas sin acabar discutiendo con ellas.

¿A MÁS PERSONAS, MÁS AUTOENGAÑO?

Los investigadores Christopher Chabris de la Universidad de Harvard y Daniel Simons de la Universidad de Illinois, se preguntaron si las personas al estar en grupos, presentan mayores niveles de autoengaño.

Para ello, dispuso una serie de preguntas que presentó , por un lado, a distintos grupos de personas, y por otro, a personas individuales.

Al calcular el índice de aciertos se comprobó que no había diferencias entre la media de aciertos de todos los grupos y el de todas las personas sueltas. Pero, cuando se preguntó cuán seguros estaban de haber contestado correctamente, las personas que habían participado en un grupo, afirmaban estar más convencidas de haber contestado correctamente, en comparación con las que habían contestado de forma individual.

O dicho con otras palabras, aunque estando en grupo hay las mismas posibilidades de contestar erróneamente que estando solo, cuando las personas forman parte de un grupo tienden a estar más convencidas de que han contestado correctamente.

CONCLUSIÓN

El autoengaño es un fenómeno que sucede en todos los seres humanos en mayor o menor medida. Tiene sus ventajas, de ahí que haya perdurado con el transcurso de la evolución. Puede inducir a las personas a alcanzar metas relacionadas con su mejora física y psíquica, así como mantener una autoimagen positiva de ellas mismas, lo que favorece al bienestar psicológico individual. Pero, por supuesto, las ventajas solo aparecerán si el autoengaño se experimenta en su justa medida, evitando así una autoimagen desproporcionadamente positiva con respecto a la realidad.

 

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