Sabias que dejar de quejarse tiene grandes y maravillosos beneficios? Parece ser que esta forma de habito es mas cotidiano en la mayoría de personas, a tal punto que pareciera normal que estar quejándose es la forma de como se relacionan. Lo hacemos todos, hasta las personas que lo “tienen todo” se quejan. A veces nos quejamos sin siquiera darnos cuenta, pero rara vez nos resulta útil. Pues cuando nos quejamos se va convirtiendo en lo mas fácil e intentar resolver una situación es lo mas difícil Pero por que se hace difícil adaptar una actitud más positiva y obligarse a poner fin a las quejas? ¡es posible!?
Vivimos en una sociedad que nunca está conforme, y eso, es algo positivo: el no querer quedarte estancado y encontrar los fallos de algo para seguir avanzando es algo muy bueno. Sin embargo, es común canalizar esas ganas de “ser mejor” en una queja, en lugar de canalizarlo en una “acción” que mejore la situación.
Quejarte y amargarte la vida es un hábito dañino que afecta tus relaciones personales, tu autoestima, y tu bienestar. En cambio, lograr ser un crítico saludable te ayuda a superarte a ti mismo y ayudas a que los demás también mejoren.
La queja es, sin lugar a dudas, la madre de los problemas emocionales que actualmente tenemos. Seguramente, si dejásemos de quejarnos tanto por aquello que no funciona como nos gustaría y nos fijásemos más en todo lo que tenemos para disfrutar y ser felices, no estaríamos tan amargados. Vivimos en la era en la que más cosas y facilidades tenemos pero en la que la gente es más infeliz.
Cada vez mas nos hemos acostumbrado a necesitar de quejarse y a hacer un drama cuando esa necesidad inventada no se ve cumplida. Y en consecuencia nos quejamos una vez y otra vez sin llegar a ninguna salida, pues quejarse no sirve para nada más que para hundirnos más en la amargura.
Este hábito De la queja Afecta Tu Salud
Que pasa cuando tienes un habito repetitivo, siempre pruebas la misma comida, que pasaría si eligieras algo diferente? normalmente no, por que lo mas fácil es lo mas habitual por ser automático y accesible.
Lo mismo ocurre en tu cerebro: repetir un pensamiento o una acción crea y fortalece un “camino”, es decir, una conexión entre neuronas. Quejarte una y otra vez forma un camino (conexión neuronal) que se refuerza con cada repetición. 1
Cuando piensas en una queja (incluso sin que la menciones), esta conexión neuronal también llamada sinapsis se activa y desencadena una reacción de estrés, miedo o ansiedad (o el combo completo).
La reacción anterior libera de forma prolongada sustancias muy dañinas relacionadas con este tipo de estados emocionales como el cortisol.
La hormona del estrés (el cortisol), es el enemigo público número uno, pues tiene miles de consecuencias negativas en tu salud:
- Interfiere con el aprendizaje y la memoria
- Con tu ciclo de sueño y descanso
- Debilita tu sistema inmune
- Disminuye la densidad ósea
- Aumenta la ganancia de peso 4
- Aumenta la presión arterial
- Aumenta el colesterol en sangre
- Aumenta el riesgo de sufrir enfermedades del corazón 5.
- Aumenta el riesgo de depresión y enfermedad mental
- Afecta todas tus relaciones personales y laborales 6
- Disminuye tu autoestima 7
- Aumenta la probabilidad de caer en adicciones y trastornos alimenticios
Para agregar algo mas, muchos estudios relacionan los niveles de esta hormona del estrés con ¡una menor esperanza de vida!
¿Te imaginas? Quejarte todo el tiempo puede hacer que vivas menos.
Mientras más se repita este pensamiento o acción (mientras más te quejes) esta conexión neuronal se hace más estrecha, el camino se hace más accesible, y se forma un hábito. Llegando el punto en que todo en esta vida tiene un “algo malo” por lo que hay que quejarse en silencio o en voz alta, y de preferencia múltiples veces al día.
Recuerda que tus neuronas también buscan los caminos más cortos, rápidos y accesibles, como aquellos que se forman con el tiempo y la repetición.
¿Cómo son las personas quejicas?
Negativizan todo, incluso lo positivo
Las personas protestonas nunca están contentas con nada. Desean algo, se quejan si no lo tienen y cuando lo tienen se vuelven a quejar.
Aunque la situación que vivan sea positiva o hayan conseguido grandes logros personales o profesionales, siempre tendrán en la boca la coletilla “Si, pero…”. Esta actitud al final hace que nunca disfruten de nada y que se amarguen a sí mismos y al resto de la humanidad con su toxicidad.
No buscan soluciones
Es mucho más fácil despotricar, criticar o dilapidar lo que no ha salido como me habría gustado, que buscar soluciones para modificar lo que se pueda modificar. Buscar soluciones a los problemas implica dejar de caer en el victimismo y empezar a luchar por aquello que quieres, lo que conlleva un esfuerzo que mucha gente no está dispuesta a hacer.
Son chismosos y criticones
Las personas quejicas son, normalmente, criticones con los demás y con las circunstancias de su vida y esto es producto de su propia infelicidad y carencias. Recordemos que siempre criticamos de los demás, nuestros propios defectos.
Seguramente, el problema no esté ni en el criticado ni en el hecho que le está sucediendo, sino en ellos mismos, que no saben apreciar ni valorar las cosas buenas de los demás y de la vida en general. Su atención está plenamente enfocada en lo que ellos consideran como negativo, sin ser capaces de ver el lado positivo que todo tiene.
No aceptan que hay cosas que no se pueden cambiar
Para las personas criticonas, la aceptación no existe en sus vidas. No pueden tolerar que las cosas no salgan como ellos quieren y se dicen a sí mismos que ¡es insoportable, intolerable o desastroso que el mundo funcione como funciona!
El resultado es un empeoramiento de los problemas sin lograr hallar, evidentemente, ninguna solución al respecto y provocándose una ansiedad y sufrimiento importantes. La queja acabará cuando la persona se sienta cansada o aburrida de quejarse y vea que, aparte de una gran irritación, no obtiene nada con ello.
Aquí presentamos algunas formas para dejar este mal habito:
1. Cambia tu manera de pensar.
Esto es mucho más difícil que parece. Nuestras mentes tienden a gravitar hacia pensamientos negativos. Para dejar pararlo necesitas practicar ser más consciente. Cuando te encuentras pensando o pronunciando un comentario negativo sobre alguien o algo, deténtey oblígate a decir algo positivo en lugar de negativo.
2. Permítete darle rienda suelta a todos de vez en cuando.
Pero cuidado, ignorar todos tus pensamientos negativos tampoco es bueno. Si estás realmente pasando un mal momento, no tengas miedo de compartir tus sentimientos con un amigo cercano o un miembro de la familia o ver a un terapeuta. No te sientas avergonzado si necesitas hablar sobre sentimientos negativos.
3. Haz una lista de las cosas que estás agradecido.
Para un momento y piensa en todas las maravillas y la gente increíble que hay en tu vida. Cualquier queja tonta quedará automáticamente a un lado.
4. Intenta ser el cambio que deseas ver en el mundo.
La próxima vez que estés con gente y todo el mundo se esté quejando, dí algo para pararlo o por lo menos no añadas más quejas.
5. Acepta responsabilidad
Si algo te está molestando o bien arréglalo o acepta que no se puede hacer ahora mismo, ¿por qué quejarse? El quejarse es una actividad pasiva. Cambia el quejarse a una acción para resolver el problema o simplemente, acéptalo.
Asumiendo La Responsabilidad
La verdadera solución al mal hábito de quejarse, es la responsabilidad.
Lo que implica responsabilizarte por tu vida, por ejemplo:
- Si no soy feliz, es porque estoy creando infelicidad yo mismo.
- Cuando en el mundo existe un problema que me molesta, es mi responsabilidad corregirlo o evitarlo.
- Mis objetivos personales (definirlos y lograrlos), dependen completamente de mí.
- Si quiero cierto tipo de personas junto a mí, debo atraerlos y aceptarlos
- Mis condiciones actuales, yo las creé, yo las puedo cambiar.
En contraste, también es bueno tomar responsabilidad por todo lo bueno que pasa en tu vida, todas aquellas cosas buenas, incluidos éxitos, logros, triunfos… etc…
…son cuestiones que tú mismo has creado o permitido y son hechos destacables que puedes sumar a tu lista
Quejarse, es negar la responsabilidad, y culpar a otros no es más que crear excusas para dejar de sentirse responsable.
Lo que se requiere aquí para verdaderamente cambiar el hábito es disciplina, muchas personas leen artículos como este, aplican lo que dice algunos días y luego lo olvidan.
Podrían leerlo meses después sin recordar una sola palabra e incluso creer que es un artículo nuevo.
No dejes que te pase a ti.
La quejadera es unan revelacion de inmadurez, pues es una forma indirecta de rendicion ante las dificultades. Para este sabio y experto en el funcionamiento mental, la queja disipa la energia necesaria para cambiar, para enfrentar, para resolver.