Aunque parezca cómico decirlo hay personas que son como Darth Vader, el malvado personaje de la película La Guerra de las Galaxias, que aún antes de verlos nos hacen sentir incómodos.
Puede ser que sintamos que tenemos que tener cuidado al estar con ellos para: no herirlos, no enojarlos, no dejar que nos critiquen, no dejar que nos controlen etc…
El primer paso para librarte de un vampiro emocional es saber que existe. Los vampiros emocionales pueden ser: narcisistas, controladores, necesitados o criticones.
A nivel energético seria bueno definir que las personas que son “vampiros energéticos o chupa energías” suelen tener un sistema del aura poco desarrollado, con recursos energéticos pobres y con el fin de obtener la energía que necesitan. Siempre tratamos de alejarnos de aquellas personas que no tienen buena vibra, pero hay otras que pueden ser mucho peor y son aquellas que te roban esta energía y te dejan sin fuerza y que incluso pueden estar mucho más cerca de lo que crees y quizás tu las has dejado entrar a tu circulo más cercano; pero también hay rasgos que se presentan en algunas personas y son los que se convierten en estos mismos; pueden ser las personas que viven con una necesidad emocional muy fuerte ya que si en el desarrollo de su vida no fortalecieron su propia vitalidad y su fuerza emocional siempre habrá la tendencia a relacionarse por necesidad de amor, aprobación, aceptación, cariño etc, esto para algunas personas puede ser absorbente
Estas preguntas de aquí pueden ayudarte para determinar si alguien te esta robando la energía:
- ¿Cómo te sientes cuando estas con esta persona?
- ¿Cómo te sientes antes y después de estar con esta persona?
- ¿Esta persona quiere estar contigo solo cuando te necesita?
- ¿Cuándo necesitas a esta persona esta disponible para ti?
- ¿Tienes que estarle halagando constantemente?
- ¿Le tienes que dar la razón siempre para evitar herirla o molestarla?
- ¿Es una persona llena de pasividad, agresividad, egoísmo o narcisismo?
- ¿Qué te deja de bueno esta relación?
¿Como podrían ser estas personas? Aquellas que llegan y le contagian de mal humor, de tristeza, de miedo, de envidia o cualquier otro tipo de emoción negativa que hasta ese momento no se había manifestado en su cuerpo. Es igual que un virus: llega, se expande, le hace sentir mal y cuando se aleja, poco a poco, usted recobra su estado natural y, con suerte, lo olvida.
La forma de como se desarrollan estas personas puede ser variado: el mal genio, la envidia, la falta de consideración, el egoísmo, la estupidez o la falta de tacto. Lo bueno es verse con recursos suficientes para protegerse del contagio. El mundo puede estar rodeados de personas vampíricas de diferentes tipologías, unas menos dañinas y otras malévolas que dejan memoria y cicatriz.
Los sinvergüenzas
Son aquellas personas que van a pedirte cosas o favores siempre, pero a la vez no son capaces de estar atentos a sus necesidades. No mantienen relaciones reciprocas en las que entreguen tanto como reciben. Tiran de otros sin preguntarles si están bien, si necesitan ayuda, si les viene bien prestársela en ese momento. Son egoístas y egocéntricos, y en el momento en el que se deja de satisfacer sus necesidades comienza la crítica y el chantaje emocional. Con estas personas sufrirá el contagio del virus “siento que abusan de mí”, aprovechamiento y resignación.
El criticón
Se encuentran pendientes de la vida de otros porque no les vale con la suya. Su vida es demasiado gris, aburrida o frustrante como para hablar de ella, así que destrozan todo lo que les rodea. No espere palabras de reconocimiento hacia los demás ni que hablen de forma positiva de nadie, porque el que a los demás les vaya bien, les potencia su frustración como personas. No saben competir si no es destruyendo al otro. Arrasan como Atila. Con estas personas sufrirá el contagio del virus desesperanza, vergüenza, incluso culpa si participa en la crítica, y la culpa luego arrastra al virus del remordimiento.
Los de malos pensamientos
Resentidos con la vida, ya sea porque no han sido capaces de gestionar la suya o porque la suerte no les ha acompañado. Anticipan que las personas son interesadas y no esperan nada bueno de ellas. Todo lo interpretan de forma negativa, a todo el mundo le ven una mala intención. Viven en un constante ataque de ira, como si el mundo les debiera algo. No soportan que otros tengan éxito, esfuerzo y fuerza de voluntad, porque sienten estas actitudes de superación les ningunean todavía más. Con estas personas sufrirás el contagio del virus indefensión, inseguridad, impotencia y ansiedad.
Los de conducta psicopática
Para los que no lo sepan, no hace falta ser asesino en serie para ser un psicópata. El psicópata es aquel que inflige dolor a los demás sin sentir la menor culpabilidad, remordimiento y sin pasarlo mal. De estos hay muchos de guante blanco. Son los que humillan, faltan al respeto a propósito, pegan, amenazan y provocan que se sienta ridículo, menospreciado, y se cargan la autoestima. Ante ellos, salga corriendo, si le permite que le maltrate, usted terminará pensando que ese es el trato que merece. Con estas personas sufrirá el contagio del virus miedo y odio. Muy difícil de erradicar, perdura durante mucho tiempo en su memoria.
Los Víctimas
Una buena actitud ante estas personas es pararles, decirles que estará para ayudarles a tomar decisiones y solucionar problemas, pero no para solo ser el eterno pañuelo en el que ahogan sus penas. Necesitan mucho de otras personas pero solo para sentirse víctimas, no para resolver sus conflictos. Estas personas se acostumbran a llamar la atención con sus desgracias, pero son incapaces de responsabilizarse y actuar, porque optan por el camino fácil: llorar.
Es importante mencionarle que pueden ayudarles si es que toman decisiones de hacer cambios en relación a sus conflictos. Y si no lo hace, decida alejarse de alguien que ha tomado la decisión de ser una víctima toda la vida. No lo está abandonando, le está dando aliento para que actúe. Si decide no tomar las riendas de su vida, ser su paño de lágrimas, tampoco será una ayuda. Se gasta la misma energía quejándose que buscando soluciones. La primera opción consume y resta, y la segunda suma.
Evitar Dejar que los demás nos absorban la energía
Las personas más sensibles suelen ser las que más se ven afectadas por la energía negativa que irradian las personas en su entorno, por lo general poseen una alta capacidad para empatizar con quienes les rodean y esto los hace ser más vulnerables a padecer emociones negativas generadas por la interacción con otros.
Si nos sentimos particularmente cargados cuando nos relacionamos con personas específicas, eso quiere decir que nos estamos permitiendo que la energía de la otra persona influya en nuestro ser, dejándonos un tanto desgastados bien sea para ayudar a esa persona o para continuar con nuestra propia vida.
Hay algunas cosas que podemos hacer para dejar de absorber este tipo de energías de otros
- No pretender complacer a todos: Es lógico que queramos que quienes forman parte de nuestra vida (especialmente aquellos que apreciamos), se sientan complacidos con nuestras acciones. Pero no debemos anteponer el complacer a otros sobre complacernos a nosotros mismos, ni invertir todas nuestras energías procurando el bien del otro, si nosotros quedamos en déficit. Debemos generar un equilibrio, debemos balancear todos los aspectos y afectos de nuestras vidas con el fin de distribuir nuestros recursos generando el mayor bien posible en la mayoría de los involucrados, especialmente en nosotros mismos.
- Tomarnos momentos a solas: Hacer algunos retiros nos permite refugiarnos en nosotros mismos, nos permite aislarnos de cualquier fuente de conflicto, de dolor, nos permite establecer esa conexión esencial que dará paso a una mayor comprensión y autoconocimiento, herramientas con las cuales se nos hará más fácil interactuar con otros sin cargarnos de sus energías.
- Aprender a decir no: Muchas veces por el solo hecho de sentirnos aceptados decimos »sí» como respuesta a acciones que realmente no queremos hacer. Debemos tener la madurez necesaria como para saber decir »no» si esa es la respuesta que deseamos. Decir NO a alguien, muchas veces es decirnos SÍ a nosotros mismos.
- Aprender a ignorar: No se trata de ser indolentes, se trata de saber hasta qué punto le prestamos atención a aquello que nos afecta, que se queda clavado en nuestra mente y nos resta posibilidades de generar soluciones o ideas productivas. Pensar en soluciones y no prestarle demasiada atención a los problemas es la clave, escuchar sin involucrarnos, ayudar sin hundirnos, son las acciones que nos ayudarán más.
Estas acciones no nos hacen ser menos sensibles o menos empáticos, nos hacen canalizar de manera más efectiva aquello que nos puede perjudicar, entendamos que somos responsables de nuestros pensamientos, de nuestras acciones, de nuestras emociones, no debemos ceder ese poder a nada ni a nadie, si realmente apreciamos nuestra felicidad y nuestro equilibrio.
Roberto Palomino
Coach Transpersonal ICI N° 5708
Instructor y terapeuta en Desprogramación Emocional