CARTA ABIERTA DE UN PERRO A SU DUEÑO
Ahora eres mi amo y solo te pido amor. Has decidido hacerte responsable de mí y me siento agradecido por tu determinación. Existirá entre nosotros un secreto pacto de confianza que jamás será quebrantado de mi parte.
Deberás comprenderme por algún tiempo, acabo de separarme de mi madre y de mis hermanos. Me notarás desorientado, inquieto y algunas noches me verás…llorar. Sí, los extraño. Compréndeme, y yo te comprenderé luego por muchos años. Seré tu mejor amigo, entenderé tus cambios de humor, tus alegrías, tus días buenos y tus días malos, estaré a tu lado acompañándote en la soledad y en tu tristeza y te trataré siempre con el mismo amor, con la misma lealtad.
Lameré la mano con que me castiguen, porque mi capacidad de perdón es infinita. Pero no me castigues, enséñame, desconozco los detalles que pueden irritarme y deseo complacerte en todo.
Quiero responder a ese ideal de perro que tanto anhelabas, pero dependeré de ti. Ayúdame a no defraudarte. Si me tratas con violencias, seré agresivo. Háblame, entiendo cada una de tus palabras aunque no te conteste con el mismo lenguaje.
Mira… cuando el primer hombre apareció en la tierra, el resto de los animales creían que era otro animal, sin embargo tenía Alma, medita sobre esto. No olvides nunca, mi amo, que a mí modo te amo.
Durante más de 10 años estaré junto a ti, creceremos juntos, compartiremos tantas y tantas cosas. Y el día que me vaya a vivir a alguna estrella, mira el cielo con frecuencia porque siempre te estaré mirando. Pero deseo decirte algo: no dejes mi cucha vacía, hay otro cachorro esperándote, al cual llegarás a amar tanto como a mí. No quiero en mi testamento una cucha vacía. Ahora bien, no pensemos en ese día, hazme una caricia y juega un ratito conmigo. Tenemos muchos años por delante para hacernos felices.
Tomado de la red
Roberto Palomino C.