Reflexiones sobre el perdón – del Dr. Fernando Maestre

Reflexiones sobre el perdón – del Dr. Fernando Maestre

 REFLEXIONES SOBRE EL PERDÓN – del Dr. Fernando Maestre

Muy ninteresante articulo sobre el proceso de l Perdón

¿Por qué a algunas personas les es más difícil perdonar?           

Porque el acto de perdonar no siempre recae en una situación de la misma manera.

A mi entender, hay dos tipos de perdón. El que le dá cuando uno está con el corazón frío y tranquilo, entonces ahí perdono un daño que me han hecho. Y el otro perdón, el que requiere más valor, es el que se da cuando uno está muy herido, porque la ofensa es reciente, y en ese momento el corazón tan solo está lleno de rencor y venganza; ahí la voluntad de perdonar es más difícil y tendrá que ir labrándose su avance poco a poco, hasta que éste llegue plenamente. Este segundo tipo de perdón que más cuesta trabajo lograr, pero a pesar de todo uno tiene que enfrentarlo y dominarlo para llegar a él.

El otro, el perdón en frío, no es que no valga, pero perdonar cuando uno todavía está con los golpes que te dio tu rival, tu amigo o pariente, es un acto sublime de grandes hombres.

¿El impulso de autodestrucción puede bloquear el deseo de perdonar?

Por lo general uno está en la situación de tener que perdonar cuando ha sido ofendido. No hay perdón, sino te han ofendido. Y la ofensa, como todas las cosas que son negativas, elevan desde el interior de la mente sentimientos autodestructivos. Así como la pornografía estimula las tendencias eróticas, el mal, el daño, la agresión, el odio, elevan nuestras tendencias autodestructivas. Y la autodestrucción, lo que hace es congelar las posibilidades de que los vínculos florezcan.

¿Qué consecuencia tendrá todo esto a nivel físico y psicológico?

¡ El no perdonar ¡… El no perdón, es como cerrar el manantial de agua a un jardín. Cuando uno no perdona, está diciendo dos cosas. No perdono y no amo. Y todo terapeuta sabe que cuando uno deja de amar al prójimo, empieza a enfermar. Al no amar yo me voy secando, el daño es para mí. Tal vez a la otra persona poco le importa mi rencor, ni lo nota a veces, pero el daño es para mí. Es cerrar el flujo por donde pasa el maravilloso líquido, que es el amor. Más allá de lo poético que puede sonar, el amor es el impulso vital que nos hará crecer, nos volverá creativos y hará que los vínculos florezcan.

¿Porque cerramos esas puertas a otro ser? 

Básicamente, porque al recibir una violencia de otro, uno suele quedar muy golpeado; el odio del otro, la ofensa que ha caído sobre nosotros hace que no tengamos serenidad para pensar, quedándonos tan solo con el reflejo de fuga que es una forma de cerrar puertas. Para poder perdonar hay que tener una forma de gracia, de poder tomar una distancia de quien nos hizo daño, para que de ahí empiece nuestra recuperación.

¿Existe algún  factor especial que tiene que ver con esa capacidad de poder perdonar?

Ese factor se llama amor al prójimo, y éste solo se adquiere si es que desde niños nos han educado dentro de los principios morales del compartir y perdonar. Crecer comprendiendo que muchas veces los llamados seres «malos» en el fondo son seres solos y equivocados. Por eso la importancia, que desde niños, se debe educar en el arte del perdón; si un hermano le quita al otro la pelota ¡bueno¡ ¡perdónalo¡. Si el otro mientras se fue al baño, se comió tu postre ¡perdónalo¡.El entrenamiento en el perdón empieza en la cosas sencillas de la vida y en las situaciones más cotidianas. Entonces, el perdonar es un ejercicio que prepara a la persona para que las relaciones sociales dentro de una familia fluyan con facilidad y sin trabas.

¿Se puede decir, que con esta actitud externa se puede modificar una conducta y un patrón interno?

 Claro… el perdón con el corazón frío modifica pero no tanto, es como que yo perdonara a un antepasado, que hizo daño a mi familia. Eso no modifica mucho, pero perdonar con el corazón en llamas, exige una modificación muy grande. Desde el punto de vista de las estructuras psíquicas, la modificación que yo encuentro, es la aparición de un núcleo que se separa de las tendencias destructivas. Es como tomar una distancia interna, ahí es cuando uno puede empezar a perdonar, porque ya se creó al interior de uno, un pequeño espacio donde esas llamas del odio ya no te caen. Se habrá creado, en medio del dolor, una reserva de paz y serenidad desde donde podemos apelar a lo que aprendimos del perdón, a la educación que nuestros padres nos dieron.Allí, empieza la vida, como en un invernadero, como en una burbuja, donde empieza a surgir el calor de la vida.

¿Podemos decir, que el perdón es una necesidad para ser feliz?

El perdón, está en la esencia de toda psicoterapia, cualquiera que ella sea. No hay psicoterapia sin perdón. La psicoterapia analítica, que es la que más conozco, es una psicoterapia donde finalmente te das cuenta por ejemplo, que tu padre no fue un canalla, tal vez fue un hombre tan equivocado, tan neurótico, que te falló o te dañó. La cura pasaría por manejar su recuerdo con una mayor misericordia y perdonarlo, porque no sabía lo que hacía.

¿Es importante la reflexión, la comprensión como requisito para poder ejercer el perdón?

De repente la comprensión de la incomprensión y a veces ni siquiera rogar a nuestra razón; basta con empezar por tomar una distancia. No es necesario, que uno comprenda intelectualmente todo, como fue que te hizo, porque te dijo lo que te dijo, lo que uno si tiene que comprender es que la otra persona también es humana, tiene errores, y fallas y a lo mejor su propia neurosis y si te dañó fue por su propia alteración, que lo llevó a ese acto.En ese sentido, yo creo que el ser humano es básicamente bueno, y que hace actos de naturaleza malos. No hay ser malo, salvo que estemos bajo una influencia muy negativa o tomados por una fuerza de otro tipo. Entonces ya no actuamos con libertad. El ser humano no es un humano de daño, sino un ser de crecimiento.

¿Porque a una persona le es fácil perdonar y a otra no?

Tal vez hay que pensar en el trabajo sobre la agresividad. El perdón requiere buen manejo de las tendencias agresivas, saber cómo liberarlas adecuadamente, saber cómo impedir que esta nos dañe, lograr que se amortiguen como resultado de la reflexión. Tal vez algo de intelecto para entender y saber por qué nos han dañado, puede resultar útil. El intelecto para darnos cuenta de la personalidad del agresor. Es útil, aunque no entendamos todos los por qués de su acción. No hay que olvidar que el silencio y la toma de distancia de aquel que nos hirió nos sirve para no quedar envueltos en medio de emociones y pasiones negativas que no nos permiten pensar y reflexionar con objetividad. Debemos aprender a cuidarnos a nosotros mismo e impedir que nos inflamemos con emociones negativas que nos obsesionen y nos paralicen. En los grupos de alcohólicos anónimos, se enseña a sus miembros que muchas veces debemos aceptar que los problemas graves se resuelven por intervención de un poder superior, la frase «suelta las riendas y entregárselas a Dios», no solo es útil, sino que funciona en la practica y los problemas se ordenan solos. Tú, perdona, ya la naturaleza y el cosmos, se encargarán de que se ordenen las cosas. El que está fuera de la ley y el orden se va a caer, no es que tú te vengas, sino que te abstienes y la naturaleza se encargará de poner las cosas en orden.

¿Cuál sería su consejo para seguir los pasos del proceso del perdón?

La educación en el perdón, se inicia desde la niñez. Luego, el siguiente paso, es una vida siempre llena de amor. El tercer paso sería una educación donde se enseñe que el ser humano, no es malo y que los actos malos que viven y se desarrollan en los seres humanos, es por confusión, por psicosis, por neurosis o por psicopatías.

¿Cuál sería su mensaje por el día del perdón?

El «Día Del Perdón», hagamos el propósito de empezar nuestro entrenamiento hasta que se vuelva un hábito el perdonar, aunque no nos guste, aunque se nos revuelva el hígado, aunque nos llamen cobardes o débiles. Hay que dejarse ganar por el ambiente de la reconciliación, en un clima de crecimiento.

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